Los trabajadores de la salud una vez expedida la ley 100 de 1993, siempre hemos sido críticos del cambio de paradigma del derecho a la salud que nos asiste como colombianos, al cambiarse la terminología de aceptar la prestación de un servicio que puede ser proporcionado por particulares.
 
Se ha convertido el derecho fundamental a la Salud y la Seguridad Social en una Mercancía a la que solo se tiene acceso si se cuenta con dinero para una atención integral.

En octubre de 2007 los trabajadores de la Salud agrupados en las organizaciones Sindicales de ANTHOC, SINDESS Y SINTRAISS, realizamos una importante marcha desde la ciudad de Barranquilla, que recorrió medio país pasando por el Magdalena, Guajira, Cesar, Norte de Santander, Santander, Boyacá, Cundinamarca hasta llegar a la Ciudad de Bogotá; en la que denunciamos que producto de la voracidad de las EPS privadas y los Monopolios de la Salud por quedarse con los recursos y no prestar el servicio, practican y desarrollan  el horrendo  “paseo de la muerte”.

A cada paso por los municipios que recorrió  la marcha le contamos a la comunidad en que consistía el paseo de la muerte, pero además denunciamos inclusive ante la comunidad internacional la nefasta política del Gobierno del presidente Uribe a través de su Ministro de la desprotección Social, Diego Palacio de la liquidación de la Red pública Hospitalaria, incluido en ello la liquidación de las ESE del ISS, pues  como está demostrado hoy entregárselas a la empresa privada, y que el sector privado siga acumulando capital a costa de la negación en la prestación de los servicios de Salud, la muerte y la miseria de los colombianos y la salud  siga siendo una mercancía a que solo tienen derecho quienes tengan el dinero suficiente para pagarla.

En la valerosa marcha de  octubre de 2007, los sensacionalistas medios de comunicación como Caracol y RCN guardaron completo silencio, pues ellos solo transmiten las noticias de acuerdo a la conveniencia de sus intereses y del Gobierno.

Solicitamos a los parlamentarios que hicieran un pronunciamiento sobre el paseo de la muerte y ninguno  de ellos dijo esta boca es mía, para que el pueblo Colombiano, conociera del genocidio que incluso hoy sigue ocurriendo con los   pobres de este país. Que no tienen el derecho a la mínima atención en materia de Salud.

Este Estado Colombiano, sus instituciones incluidas el parlamento, no les interesa que los Colombianos tengamos Salud y Seguridad Social y han legislado a favor del gran capital y del entreguismo de este negocio al sector privado; incluidas las transnacionales de la Salud que hace rato hacen  presencia en el país y se han adueñado de los recursos para beneficio propio y de sus grandes potentados.

Se necesita que se muera un parlamentario en plenas sesiones, y en la nariz de todas las autoridades de Salud y administrativas del País, para comprender la magnitud del problema y admitir que la Salud debe ser un derecho fundamental y no una mercancía que solo pueden adquirir quienes tienen  el dinero para hacerlo.

Queda demostrado que las instituciones del Estado, no les interesa que la Salud sea un derecho fundamental para el pueblo y que hoy ninguna institución inclusive en la Ciudad Capital,  tienen mecanismos previsibles frente a la salud y planes de contingencia y de emergencias  para atender eventualidades en materia de Salud que se presenten, ni siquiera el Ministro de la desprotección social, ni el secretario de Salud de Bogotá se ruborizan, cuando los medios le preguntan del porque ni siquiera existe una camilla o un botiquín de primeros auxilios, en las instalaciones del Congreso, para prestar los servicios medico-asistenciales  a quienes lo necesiten en un momento de urgencia y  en una institución tan respetable como es el Congreso de la república, o que decir de los medicamentos que reposan en los consultorios de esa célula congresional que tienen vencimiento desde hace mucho tiempo.

Tenemos que decir que los trabajadores y parlamentarios les ocurre lo que al morrocoy, se acuerdan del agua cuando llueve, hasta ahora saben que la desgracia que le ocurre al conjunto del pueblo colombiano  ellos los está afectando y muy seriamente  y son victimas de su propio invento, no les importa legislar en contra de sus propios intereses con tal de satisfacer los gustos y caprichos de  la política entreguista de la salud al sector privado  que adelanta el Gobierno del señor Uribe,  y cumplir así con los compromisos adquiridos en la campaña con los sectores económicos que los patrocinaron y apoyaron.

Cuantas situaciones similares tendrán que ocurrir, para que los parlamentarios y quienes dirigen los destinos del país entiendan que la solución a la crisis de la salud, no está en cargarle la responsabilidad a los trabajadores y reestructurar y liquidar los hospitales, si no al contrario fortalecerlos, dotarlos de tecnología, investigación y ponerlos al servicio del pueblo Colombiano.

Muestra de ello es la indolencia que se ha tenido con el cierre de la institución hospitalaria histórica y socialmente mas importante del país como lo ha sido el Hospital San  Juan de Dios de Bogotá, que ha visto nacer a millones de capitalinos. Y el Gobierno en lugar de inyectarle recursos para ponerlo en funcionamiento prefirió cerrarlo para que  las clínicas de Colsanitas, Coomeva, Saludcoop  y demás EPS privadas no tuvieran competencia y convertirse en monopolios de la Salud en Colombia y con facilidad manejar y controlar el negocio y el mercado.
 
En definitivo a manera de conclusión esos son los resultados de las políticas neoliberales que han venido aplicando los gobiernos desde la década de los noventa, con César Gaviria a la Cabeza y el actual presidente autor material e intelectual de la Neoliberal ley 100 de 1993, que ha sido la causante de todos los males y las desgracias en materia de salud que le han ocurrido y le seguirán  al pueblo Colombiano.

Hasta cuando los trabajadores, los dirigentes sindicales, los intelectuales, los profesionales, y los despistados continuaremos en el letargo y adormecimiento de seguir apoyando a los propios verdugos del pueblo y levantemos la lucha de la insurrección obrero, campesina y popular en defensa de la Salud, la Educación y la propia libertad.

Por la defensa de la Salud y Educación pública, lucha combativa y popular!


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