Neurólogos de la Universidad de Michigan ha descubierto los terminales cerebrales que generan el “efecto placebo”. El placebo es una sustancia inerte o inactiva, a la que se le atribuye propiedades, como las de curar una enfermedad o calmar dolores crónicos que al ser ingerida puede producir un efecto calmante o curativo
 
Es un tratamiento dónde el paciente tiene la certeza del tratamiento benéfico del  medicamento que ingiere, esta “convicción” hace que el cerebro se active y genere dopaminas que controlan el dolor.

Muchas personas que toman una píldora que contiene nada más que almidón con azúcar, aseguran sentir mejoría en la enfermedad y/o disminución del dolor, al estar persuadidas de estar tomando un remedio que le garantice una mejor calidad de vida. Sólo pensar en un "fármaco" placebo alivia el dolor y es suficiente para que el cerebro despida sus analgésicos naturales, llamados endorfinas, generando situaciones benéficas al estimular la secreción de opiáceos endógenos.

El Dr. Ernest Lawrence Rossi, médico y psicoterapeuta, dice que la respuesta placebo es una piedra fundamental a tomar en cuenta en la curación mente-cuerpo. Dice que las historias de curaciones espontáneas o consideradas “milagrosas” son menospreciadas por la ciencia debido a nuestra mente racional, tomándolas como resultados no confiables.

“La teoría de la curación mente-cuerpo presupone que exista una red de informaciones que pasa del medio ambiente a la mente del individuo, al cerebro y, a continuación, a todo el cuerpo, a través de lo que él llama “moléculas mensajeras”.

El aspecto psicológico del placebo, particularmente el poder de la sugestión, es lo que se ha considerado hasta ahora para explicar su éxito, y con esta suposición gran parte de la comunidad médica ha reconocido su eficacia y lo aplica en numerosos casos.

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