{image}http://lh5.googleusercontent.com/-0j5O7PQjKuo/U3-xv3B6oRI/AAAAAAAAHR0/zqsUTS5DGcs/s500/maria_del_carmen_sanchez_anthoc.jpg{/image}Los días lunes y martes de la semana pasada se suspendieron los servicios hospitalarios en la región Valle de Tenza (Boyacá), que comprenden 8 sedes.

La razón: la terrible crisis por la que atraviesan los centros de salud a causa de las deudas millonarias de las EPS.

La del Valle de Tenza es la unidad más grande de Boyacá, con dos sedes de primer nivel y 6 de segundo. Su importancia radica en que prestan servicios a una zona demasiado apartada de la capital del departamento, casi a 4 horas y media.

“Nos encontramos que las EPS no quieren pagarle a los hospitales. Creemos que no es castigando a la comunidad, sino exigiéndole al gobierno nacional, a la Superintendencia, al Ministerio de Hacienda, al Ministerio de Salud, a la Procuraduría”, puntualizó María del Carmen Sánchez, vicepresidenta de Anthoc nacional.

La restricción de servicios se levantó el viernes, con la mediación del gobernador, quien debió desplazarse hasta la región porque el tema es delicado. Se les adeuda a los trabajadores de contrato 4 meses de salarios y a los de planta, 3 meses.

La situación es crítica porque estas familias ya no tienen de dónde recoger para su diario vivir, es decir, “se les está restringiendo el mínimo vital. La mayoría de los trabajadores son mujeres y las madres tienen que darle de comer a sus hijos maíz pira y agua de panela. Situación que no aceptamos”, agrega Sánchez.

La solución inmediata está en manos de la Superintendencia de Salud. Endisalud y Saludcoop, dos de las mayores deudoras, están intervenidas por la Supersalud y no se han puesto al día con sus deudas a la red hospitalaria departamental. Las entidades de control tampoco dan respuestas a largo plazo.

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