{image}http://eldia.com.co/images/stories/170413/005.jpg{/image}La exprimera ministra británica, Margaret Thatcher, fue despedida este miércoles entre aplausos, protestas y rechazo a los 10 millones de libras (15 millones 300 mil dólares) invertidos en los actos fúnebres.
Protestas y abucheos marcaron este miércoles el funeral de la exprimera ministra británica, Margaret Thatcher. Opositores a la conservadora, fallecida el 8 de abril, están indignados por los altos costos de las exequias.
En Londres, capital del Reino Unido, más de 20 persona alineadas en la ruta que va desde Westminster a la catedral de San Pablo dieron la espalda al cortejo fúnebre de la Dama de Hierro y alzaron carteles con lemas como “descansa en la vergüenza”.
Algunos manifestantes se vistieron de rojo recordando la Tragedia de Hillsboroug, en la que 96 seguidores del Liverpool fallecieron aplastadas contra las vallas del estadio a causa de una avalancha, hecho ocurrido el 15 de abril de 1989.
Henry Page, un maestro jubilado, destacó que para el funeral fueron destinados más de 10 millones de libras (15 millones 300 mil dólares) y “durante el Gobierno de Thatcher (1979 -1990) hubo gente que no podía pagar ni el combustible y hubo recortes a los beneficios sociales”.
El ataúd, envuelto en la bandera británica y con un ramo de rosas blancas, fue trasladado primero por un carro fúnebre desde el Parlamento hasta la iglesia de San Clemente Danes y de allí un vehículo militar lo llevó hasta la catedral de San Pablo, donde se realizó el acto religioso.
Cuatro mil policías velaron por la seguridad del evento en la llamada “Operación Azul Profundo”. El despliegue es equivalente al de los pasados Juegos Olímpicos.
Thatcher, quien murió a los 87 años tras sufrir un infarto cerebral, fue la primera mujer europea en convertirse en primera ministra y fue quien decidió lanzar en 1982 las Armadas y tropas británicas contra las islas Malvinas, cuya soberanía reclama Argentina.
Durante su gobierno tomó medidas de fuerte corte neoliberal como la disminución de impuestos para favorecer la inversión y estimular el mercado, junto a un amplio programa de privatizaciones que amputó al sector público más de la mitad de su patrimonio.
Con las políticas impulsadas por Thatcher aumentó el crecimiento de las desigualdades y fenómenos de marginación en los suburbios urbanos del Reino Unido.
