En consecuencia, el año próximo llegará a plenaria listo para su aprobación. En los debates, el Congreso de la República no le dio trámite a las múltiples voces en rechazo a este documento que liquidará la red pública hospitalaria, continuará con la tercerización de los servicios y hará cada vez más imposible el acceso a la salud.
Los trabajadores de la salud se verían seriamente afectados, pues todas las nóminas serían reemplazadas por nuevas plantas con contrato máximo a seis meses. Por ello, a pesar de las fechas decembrinas, las organizaciones sindicales y sociales continúan su accionar. Anthoc Cundinamarca, por ejemplo, ha sostenido reuniones en los municipios comunicándoles a sus afiliados y al pueblo colombiano que está pasando, para que ellos estén al tanto y participen las actividades por programarse apenas inicie el nuevo año.
“La salud pública se está perdiendo en Colombia. A los hospitales sólo les quedará lo público en el nombre. Estamos dispuestos a seguir en la lucha y a que no se apruebe esta reforma que es tan nefasta para la salud de los colombianos. No nos dejaremos arrebatar nuestra salud pública”, precisó Francisco Carrillo Daza, Secretario General de Anthoc Cundinamarca.
El presidente Santos está creando una cortina de humo con una campaña publicitaria insistiendo en las bondades inexistentes de la reforma. Y en la Comisión VII de la Cámara, sólo 4 de 18 congresistas le dijeron que no. Se habla de castigar políticamente a los parlamentarios por su poca preocupación por la salud nacional y al presidente en la campaña electoral que adelanta por su reelección.