Carmen Mayusa, directiva de Anthoc nacional, contó los hechos que nuevamente la victimizan. El hospital Mario Beltrán Yanguas, donde se desempeña, desde el 30 de diciembre del año pasado inició una serie de llamados contra los permisos sindicales que la organización ha solicitado, coaccionando los derechos a la autonomía sindical y a la participación activa dentro de las asociaciones sindicales.
Han exigido que presente horas de salidas, recorridos y toda su jornada con especificaciones de lugar y fecha. El fiscal nacional de Anthoc certificó su permanencia en las diferentes actividades del sindicato a nivel nacional. Sin embargo, esta administración de manera arbitraria le notificó que debe presentar certificaciones mensuales, con horario de cumplimiento de las actividades sindicales, firmada única y exclusivamente por el presidente nacional de la organización.
Mayusa es una mujer que vive en riesgo permanente. Es reconocido en el mundo sindical que su familia fue prácticamente aniquilada y ella ha sido víctima de persecución política desde diferentes flancos. Por tal motivo, ella se niega a dar detalles sobre su vida personal, “¿quién me garantiza a mí que no me ponen en riesgo los mismos directivos de una institución?”.
Y añade, “se sigue cohibiendo el derecho a ser dirigentes sindicales. Tenemos que ver cómo el movimiento sindical sigue siendo maltratado. Cómo pretenden acabarlo silenciosamente, justificándose en normas jurídicas. Encima de que nos amenazan, que nos persiguen, que nos asesinan, que nos llevan a las cárceles, que nos están quitando las pequeñas reivindicaciones que tenemos, las administraciones públicas también nos están quitando el derecho a desempeñarnos en nuestra actividad sindical”.
Un fenómeno similar padecen otros dirigentes del sindicato en el país, a lo que Anthoc nacional responde izando aún más alto las banderas de lucha y defensa de sus derechos.