Norma Cecilia Muñoz, la mamá del joven herido, dice solo le suministraron suero, calmantes y antibióticos. Explicó que debe un mes de aportes.

Cuando disfrutaba de un partido de fútbol en una cancha del barrio Las Américas, en el oriente de Cali, una bala se incrustó debajo del oído izquierdo de un joven de 17 años.

El miércoles a las 9:00 de la noche, minutos después de recibir el disparo, el menor fue trasladado al centro médico Primitivo Iglesias. Allí recibió los primeros auxilios.

Después fue llevado a la Clínica Santillana, en el sur de la ciudad donde fue atendido por urgencias, según lo reconocieron los directivos del centro asistencial. Ahí permaneció dos días.  El adolescente fue llevado a su casa y aún sigue con la bala incrustada.

Por eso, más que un servicio de urgencias, requiere atención especializada, entre ella una cirugía plástica reconstructiva.

"Mi hijo es un ejemplo de muchacho. Él salió para la cancha de fútbol a ver unos torneos que se estaban jugando.

"De un momento a otro se formó una balacera, que se originó por el robo de una moto, y uno de los proyectiles lo hirió. La bala le entró por el rostro", contó su mamá.

Este joven necesita una operación maxilofacial y de cirugía plástica, pues quedó con un orificio en la parte izquierda de su cara.

"Si mi hijo no es atendido pronto, se pueden presentar complicaciones ya que la bala se encuentra cerca de las arterias, lo que pone en riesgo su vida", dijo Muñoz.

La madre está muy preocupada porque al adolescente todavía le sale sangre por la herida.  La Secretaría de Salud municipal anunció que estudiará este caso.

Una fuente de la entidad explicó que esta oficina se contactará con Salucoop EPS y con la Clínica Santillana para que se responsabilicen por la suerte del muchacho, que se gana la vida cargando bultos en una empresa cementera.

En Salucoop EPS, a la que está adscrita la Clínica Santillana, dijeron que el centro médico estaba en la obligación de atender al paciente y que si se encontraba en mora, por tratarse de una urgencia vital, no podían rechazarlo.


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