El panorama para Colombia después de las elecciones del domingo es desolador. Por un lado está un presidente actual al que la mayor parte del país desaprueba por haber realizado un mandato más bien mediocre. Y, del otro lado, el ‘títere’ de Álvaro Uribe, un hombre que no da señales de liderazgo y no promete políticas beneficiosas para el pueblo.
Básicamente, no son profundas las diferencias entre Zuluaga y Santos, son hijos del mismo modelo, simplemente que uno usa un método más agresivo y el otro es más diplomático para aplicar el modelo. Pero, el fin y al cabo son lo mismo.
El gran punto que los separa es que Zuluaga suspendería el proceso de paz, es decir, que lo que se ha avanzado hasta ahora con las Farc será tiempo perdido. En este sentido, Santos es la opción más acertada, sin ser la mejor.
“Sabemos que con Zuluaga no hay ninguna opción. Así él esté prometiendo más hospitales mejores condiciones para trabajadores y médicos, entendemos que eso es pura retórica electoral. Durante 8 años y como Ministro de Hacienda no lo hizo, por el contrario, dirigió la liquidación de hospitales. Pero eso igualmente lo ha aplicado Santos, tendría que adquirir un compromiso. Aspiramos a que haya una posibilidad de una real negociación sobre esos temas con el gobierno nacional”, manifestó Yesid Camacho, fiscal de Anthoc.
El acuerdo consistiría en retirar el proyecto de ley de reforma a la salud que está cursando en el congreso. Además, tendría que suspender el proceso de reestructuración, intervención y liquidación de hospitales; y darles estabilidad y derechos laborales a los trabajadores de la salud.Si no se garantizan los dineros para el funcionamiento de los hospitales públicos va a ser difícil que se logre ese acuerdo, porque para el sector salud, paz sin derechos y sin garantías sociales es una paz efímera.