{image}http://www.eldia.com.co/images/stories/131108/trasplantes.jpg{/image}El asesor de la Organización Mundial de la Salud y presidente de la Organ Transplantation Procurement Network Francis Delmonico, en un artículo del American Journal of Transplantation del pasado agosto del año en curso, acusa a Colombia estar involucrada en tráfico de órganos y de ser “un posible foco de turismo de trasplantes”.
A cambio de beneficios económicos, los extranjeros tienen prioridad sobre los nacionales que están en lista de espera por algún órgano que les garantice una mejor calidad de vida.

En Colombia hay alrededor de 600 personas esperando por un riñón, afirma Delmonico, condición que debería esta resuelta ya que existe un promedio de 400 donantes por año.

La afirmación de Francis Delmonico, surge por el número de japoneses e israelitas que vienen al país con la esperanza de un órgano y su respectivo trasplante. Los datos de la investigación indican que entre el año de 2005 y el primer semestre de 2008, fueron certificados 18 receptores de Israel, 15 de Ecuador, 13 de Japón, desconociendo el número de aquellos trasplantes que se realizan sin reporte. En la lista aparecen trasplantados de México, Argentina, Chile, Curazao y Aruba.

En Colombia se realizaron en el primer semestre de este año 474 trasplantes, 22 de los cuales se asignaron a extranjeros (14 de hígado, 4 de riñón, 1 de pulmón y 3 de corazón).

Esto no es nuevo, en otro articulo fechado de 2007, del Pittsburgh Tribune Review, se mencionaban clínicas y hospitales de Bogotá, Medellín y Cali que realizaban estas intervenciones a extranjeros, dilatando la atención a los oriundos que por precariedad económica siempre serán atendidos en último lugar (si es que son atendidos).

Como es de esperarse, el coordinador de la Red Nacional de Trasplantes, Juan Carlos López Casas, se pronunció al respecto diciendo que estas afirmaciones carecen de fundamento “sí hay atención a extranjeros con base en las normas colombianas", afirmó el funcionario; ratificando que es necesario que “no haya” lista de espera de nacionales que necesiten el órgano en cuestión.

Sería ilógico que se afirmara lo contrario, y por obvias razones siempre se mantendrán en la posición de que es prioridad el paciente colombiano. Pero como se dice coloquialmente “por la plata Baila el perro”.

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