Un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirma que las mujeres que han sido sometidas a agresiones  físicas y psicológicas, a largo plazo verán afectada su salud. Así lo afirma Claudia García Moreno, coordinadora del Departamento de Salud Reproductiva e Investigación de la OSM.

Las consecuencias que este maltrato deja en las mujeres es alarmante, la violencia domestica trae serias consecuencias para la salud pública y es un tema que requiere compromisos serios por parte de las autoridades ya que es más común de lo que se piensa.

Las conclusiones obtenidas en el estudio revelan que dependiendo de la gravedad de las agresiones sufridas, un alto porcentaje de mujeres padecerá mareos, sensación de dolor localizado, debilidad permanente, somnolencia, dificultades locomotoras, trastornos gástricos, disfunciones ginecológicas.

En la salud mental  la situación es mas grave, ya que una lesión física (si no es tan grave) se sana rápidamente y no deja secuelas. Por el contrario, las lesiones psicológicas, usualmente son definitivas, estas se pueden ver representadas en baja autoestima, pérdida de la memoria, trastornos de atención, trastornos alimenticios, ansiedad, estrés, y lo que suele ser más preocupante a juicio de los investigadores, los pensamientos suicidas.

Estas manifestaciones son susceptibles a cada caso en particular y dependen del grado de agresión al que se es sometida. Existen casos de mujeres que han sido maltratadas severamente y las secuelas psicológicas son mínimas, y viceversa; todo depende de cómo se asuma la problemática. En menor o mayor grado todas estas agresiones tienen un efecto perjudicial en la salud física y mental. Es obligatorio realizar  un tratamiento adecuado de psicoterapia para evacuar y eliminar cualquier sentimiento negativo.

El estudio se realizó durante cuatro años con 24.000 mil mujeres, de una decena de países, en los que la violencia de genero es habitual. Algunos de los países, en los que se realizó la investigación son: Serbia-Montenegro, Japón, Tailandia, Bangladesh, Brasil, Perú, Tanzania, Etiopía, Namibia y Samoa.

Los resultados de este estudio son preocupantes y requieren toda la atención y seguimiento, pues la población femenina es altamente vulnerable a los abusos, sin que haya protección que garantice la seguridad en todo aspecto.



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