El 1 de marzo llegó un paquete a las oficinas de Anthoc en Barranquilla, en el cual venía la cabeza de un perro y un letrero que decía “así van a morir, perros HP” (sic). Este brutal y grave hecho es una de las nuevas amenazas contra dirigentes de esta organización sindical del sector salud.


La amenaza hace directa referencia a Héctor Alvis, hasta hace poco presidente de Anthoc nacional y dirigente de Anthoc Bolívar; Heriberto Tovar, presidente de Anthoc Atlántico; y los dirigentes Álvaro Márquez, Osiris Fernández, Juan de la Torre, Euclides Sandoval, Víctor Dirruyeiro y Napoleón Mugo. El papel termina con una cruz grande pintada de color azul y el letrero “paz en su tumba”.

“Consideramos esto como un acto atentatorio contra la vida y la integridad de la organización sindical y sus dirigentes. Pedimos al presidente de la República y demás organismos que tengan que ver con la seguridad, para nuestra organización, nuestros dirigentes. Estamos bastante preocupados, porque esta es una situación que permanentemente se cierne contra los dirigentes de Anthoc y no queremos pensar que sean acciones para frenar la actividad nuestra, donde reclamamos por políticas públicas que rehagan la salud como un derecho”, indicó Roberto Bustamante, presidente de Anthoc Bolívar.

El ambiente es tenso, especialmente, porque se acerca la negociación de un pliego de peticiones con reclamaciones al gobierno.

En esta ocasión las amenazas son anónimas. La organización sindical exige a los organismos responsables que se den las investigaciones y se determinen a los autores materiales e intelectuales de estas amenazas. Procesos anteriores han sido infructuosos en este sentido.

Además, reclaman garantías de los órganos de seguridad del Estado, pues a pesar de la notificación a la UNP, la Fiscalía y la Policía, los esquemas de seguridad de varios directivos de Anthoc han sido retirados de manera progresiva. En este momento, no hay acceso a protecciones mínimas para sus vidas.

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