La revista Accounts of Chemical Research de la American Chemical Society, en una publicación del pasado mes, destacó el trabajo científico que está realizando el profesor Manuel Elkin Patarroyo (Universidad Nacional de Colombia) y su hijo, el doctor Manuel Alfonso Patarroyo (Universidad del Rosario).
La investigación que realizan en conjunto radica en el problema de las enfermedades trasmisibles, y cómo a través de la química se establecen principios universales para resolver éste problema de salud mundial.
La malaria, la tuberculosis, las hepatitis, las bronconeumonías, las diarreas, el sida; tan solo estas seis enfermedades matan a más de 17 millones de personas al año y afectan a dos terceras partes de la humanidad, particularmente, los países en desarrollo y los más pobres.
Existen hasta el momento 13 vacunas para enfermedades infecciosas, de las 517 pueden llegar a enfermar al ser humano. Estas vacunas son biológicas, es decir operan con el principio descubierto por Llouis Pasteur en 1884, que se fundamenta en “incitar la creación de anticuerpos o defensas del organismo, mediante un procedimiento que consiste en tomar ya sea el virus o la bacteria causal de la enfermedad, muertos o debilitados, y aplicarlos a la persona. Ante la agresión, el organismo responde con la generación de defensas que frenan la invasión”.
La investigación de los Patarroyo apunta a inventar una ruta totalmente nueva en la ciencia. El descubrimiento radica en que proporciona los principios para emplear la síntesis química de pequeños fragmentos de las proteínas, llamados péptidos, para fabricar vacunas contra las enfermedades infectocontagiosas.
Lo importante y revolucionario de esta investigación es que, basados en estos principios, los científicos tiene la capacidad de producir químicamente vacunas contra estas enfermedades.
El trabajo que realiza el científico y su grupo de colaboradores es trascendente para el mundo, ya que en un futuro no muy lejano el mundo podrá acceder a estas vacunas y así evitar la muerte de millones de personas por enfermedades que pueden ser prevenibles.
La malaria, la tuberculosis, las hepatitis, las bronconeumonías, las diarreas, el sida; tan solo estas seis enfermedades matan a más de 17 millones de personas al año y afectan a dos terceras partes de la humanidad, particularmente, los países en desarrollo y los más pobres.
Existen hasta el momento 13 vacunas para enfermedades infecciosas, de las 517 pueden llegar a enfermar al ser humano. Estas vacunas son biológicas, es decir operan con el principio descubierto por Llouis Pasteur en 1884, que se fundamenta en “incitar la creación de anticuerpos o defensas del organismo, mediante un procedimiento que consiste en tomar ya sea el virus o la bacteria causal de la enfermedad, muertos o debilitados, y aplicarlos a la persona. Ante la agresión, el organismo responde con la generación de defensas que frenan la invasión”.
La investigación de los Patarroyo apunta a inventar una ruta totalmente nueva en la ciencia. El descubrimiento radica en que proporciona los principios para emplear la síntesis química de pequeños fragmentos de las proteínas, llamados péptidos, para fabricar vacunas contra las enfermedades infectocontagiosas.
Lo importante y revolucionario de esta investigación es que, basados en estos principios, los científicos tiene la capacidad de producir químicamente vacunas contra estas enfermedades.
El trabajo que realiza el científico y su grupo de colaboradores es trascendente para el mundo, ya que en un futuro no muy lejano el mundo podrá acceder a estas vacunas y así evitar la muerte de millones de personas por enfermedades que pueden ser prevenibles.