Héctor Alvis, Presidente de Anthoc nacional, resume el problema de la salud en Bolívar con una frase: “Ha resultado el remedio peor que la enfermedad”. Y agrega: “Constitucionalmente la Superintendencia está construida para sancionar las demandas que se presentan en la situación de prestación de los servicios de salud con la finalidad de garantizar una atención oportuna y adecuada, el flujo adecuado de los recursos, que los dineros que invierte el Estado cumplan con las funciones dispuesta y que las instituciones, las EPS y las entidades, puedan ejercer su función debidamente. Cuando detectan, como en el caso de Bolívar, que se están manejando de forma inadecuada, encuentran hallazgos o malos manejos, ellos asumen el poder, lo reportan en un diagnóstico y se comprometen a mejorarlo durante su intervención”.
En Bolívar, hace más de 5 años que la salud pública está intervenida, por la corrupción que dio origen a la intervención. Pero los resultados de la administración de la Superintendencia han sido desastrosos. Iniciando porque no escoge personal con los perfiles adecuados. En los cumplimientos de las metas establecidas para el milenio se ha hundido, gracias al superintendente, “que no está garantizando el papel para el cual fue designado y así se debe presentar en el resto del país”. Por ello, Camacho le hace un llamado al gobierno nacional “si su intención es mejorar la salud, debe escoger mejor los recursos administrativos”.
