Los medicamentos falsos son un riesgo latente para la salud de los consumidores, ya que constituyen el 10% del mercado y en los países en desarrollo el 25%, afirmó la OMS.
 
Un informe realizado por la firma Kroll, consultora de riesgos y apoyada con las cifras de la OMS, explica que por cada fraude realizado en el mercado farmacéutico, los clientes se ven obligados y les genera entre 5 y 25% de gasto adicional por los servicios que originalmente habían contratado.

La investigación revela que los países en desarrollo son los más afectados por este flagelo, ya que los controles en los medicamentos son mínimos y entre el 2001 y el 2007, el volumen de sustancias ilícitas, se multiplicó por cinco, en estos territorios.

Según el informe, la causa de esta práctica ilícita, es la expansión de las compañías por diferentes regiones del mundo, dónde existe subcontratación y son más vulnerables, ya que a medida del crecimiento de estas compañías, más personas intervienen en la manipulación y control de los medicamentos, exponiéndose a fraude, robos, falseamiento, piratería y mercado negro.

Las empresas del sector farmacéutico, específicamente en Latinoamérica, pierden anualmente el 3 % de sus ingresos anuales. La propiedad intelectual (PI) o patentes, son los temas que más preocupación produce.

Mark Monitor (firma dedicada a proteger las marcas de las empresas que están en la web), realizó un estudio “en el mundo, sólo una cuarta parte, de los más de tres mil sitios investigados, poseen acreditación como Sitio de Internet Verificado para la Práctica Farmacéutica (VIPPS) y una décima parte no exige prescripción médica”.

El precio promedio de los medicamentos en las farmacias en línea es de tan sólo una quinta parte de lo que cuestan en los sitios certificados, lo que hace dudar de su proceso original y de su calidad.

La producción de los medicamentos falsos, es un proceso de bajos costos, en comparación con los originales ya que en la mayoría de los casos, estos productos no contienen ni un solo principio farmacológico activo, además para su fabricación, no se requiere de una infraestructura compleja, ni mucho menos procesos investigativos.

La Organización Mundial de la Salud, afirma que de acuerdo con los países desarrollados, los medicamentos que más son falsificados, son los utilizados para combatir la deficiencia de la hormona del crecimiento, contra el cáncer y los que permiten bajar los niveles de colesterol.

En los países en desarrollo, los farmacéuticos que son más falsificados son  los utilizados en enfermedades graves como el sida, la malaria y la tuberculosis, situación que explica los altos costos de los medicamentos legales que llegan a estos países en vía de desarrollo.

El estudio de Mark Monitor develó que, “en el planeta, en los últimos tres años, el 82 por ciento de las empresas de los sectores farmacéutico, de salud y de biotecnología sufrió pérdidas por fraude. En promedio, cada una de ellas perdió 11,7 billones de dólares y se espera que en los próximos años la cifra aumente drásticamente”.

Tanto Kroll como Mark Monitor, consideran que “para combatir la piratería de manera efectiva, las farmacéuticas deben comenzar a ser más estrictas en sus procesos de producción; usar empaques con hologramas o en relieve para que no sean tan vulnerables a la reproducción; crear una base de datos conjunta para monitorear la aparición de medicamentos piratas y facilitar a los organismos de seguridad de cada país dar con los falsificadores; intensificar la auditoria de los productos que han caducado y rastrear las actividades de los falsificadores a través de Internet”.

Es importante que los usuarios comprendan esta problemática, pues afecta directamente la salud. Es necesario adquirir los medicamentos siempre en lugares confiables y sospechar de los bajos costos y presentaciones deterioradas o cualquier otra irregularidad.

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