Al mismo tiempo, en los hospitales se realizaron plantones convocados por los sindicatos del sector y la CUT nacional. Las protestas rechazan la reforma que promueve el gobierno en el Congreso de la República, la cual es supremamente lesiva no solo a los intereses de los trabajadores del sector, los profesionales, las instituciones médicas públicas y privadas, sino que también tiene efectos negativos en contra de los usuarios y pacientes del país.
“Históricamente el sistema nacional de salud se manejó de una manera distinta a la que impuso la Ley 100. Si los recursos llegaran directamente a las instituciones prestadoras del servicio de salud, y no se quedaran en manos de los intermediarios y de los mercantilistas, tenemos la certeza de que la totalidad del pueblo podría tener atención de calidad y oportuna, sin las recriminaciones y las restricciones que hoy día existen”, indicó Alfonso Franco, quien es experto en el tema.
Además, él explica que el más del 7% del PIB que Colombia invierte en salud no sólo es suficiente para soportar el sistema, sino que alcanzaría para ampliar y mejoras las plantas físicas de las entidades hospitalarias. El problema es que los dineros se desvían en su mayoría a la corrupción. Prueba de ello son los tres billones de pesos que encontró la Contraloría en Saludcoop en destinaciones diferentes a la salud; o que durante la época del paramilitarismo, las arcas de la salud eran saqueadas por las AUC para financiar su máquina de muerte.