Desde el lanzamiento del Modelo Integral de servicios MIAS por parte del gobierno, la privatización de la salud se ha agravado. Yesid Camacho, presidente de Anthoc nacional, hizo una radiografía de lo que está sucediendo a nivel nacional.
Venía con el caso del Hospital San Francisco de Asís en Quibdó. Pasó por varias manos privadas hasta que fue salvado en el paro cívico de hace pocas semanas, el cual lo rescató como hospital de tercer nivel. Además se ordenó la construcción de dos hospitales de segundo nivel en el Chocó. Esto demuestra la necesidad de la red pública de hospitales.
Otro caso reciente es el de Guainía. Allí, montaron el operador privado y han desmotando de los 30 centros de salud que tenía el departamento. Solamente quedaron 7, lo que quiere decir es que un poblador que antes se gastaba dos horas para ir al centro de salud más cercano, ahora deberá gastarse entre 14 y 16 horas.
Para colmo, la IPS Universitaria de Antioquia, que fracasó en Chocó, está manejando la salud en Barranquilla. Se rumora que se ha ordenado la liquidación del hospital de Tumaco, aunque no hay un documento oficial y no se conoce cuál será la reacción de la asamblea departamental si esto llega a confirmarse.
“El famoso MIAS es un fracaso absoluto. Nos parece sumamente delicado lo que está sucediendo en toda Colombia, con el daño inmenso que le están haciendo a la salud de los colombianos, para proteger un negocio que ha demostrado un absoluto fracaso en todo el territorio nacional”, manifestó Camacho.
La mayoría de los trabajadores del sector están tercerizados, cerca de un 80%. Con la salida de estos por la implementación del modelo, se ve venir una tormenta de demandas sustentadas en las sentencias de la Corte Constitucional.
El presidente de Anthoc responde: “Al Estado colombiano no le interesa ni la salud de la población, ni los derechos de los trabajadores. A ellos, lo único que les interesa es el negocio y montar grandes pulpos económicos, que es lo que viene detrás de este proceso”.
Las grandes trasnacionales se quedarán con el monopolio de la salud. Por ejemplo, la empresa que compre Cafesalud, Saludcoop y Cruz Blanca se hará con más de 10 millones de habitantes. Gobernadores, parlamentarios, miembros del gabinete, expresidentes, todos están detrás de una tajada.
“La pelea es muy difícil porque es contra todo el poder económico del país”, apuntó Camacho. Así mismo, da un apunte poco conocido que afectará el modelo aún más. El modelo pretende ampliar las competencias de la baja complejidad, esto quiere decir, que la atención la van a poner en manos de médicos con una mínima formación y no especializados. Los llaman ‘de todito’ porque los preparan para hacer de todo pero sin profundidad de conocimientos en nada.
De esta manera, los pacientes no llegarán donde los verdaderos especialistas. Los nuevos médicos atenderán desde partos hasta oncología, así la EPS pueda ahorrar el especialista.
Anthoc prepara acciones. “Lo primero, pedirle a la Corte Constitucional que declare el estado de cosas constitucionales, porque la salud de los colombianos está cada día peor. Lo segundo, esto debe obedecer a la movilización de toda la población. Es un problema del conjunto de la población, que será víctima de este negocio; porque al negocio no le importa la vida, al negocio le importa la ganancia”.