De forma simbólica se realiza la recolección de besos que salvará al Hospital San Juan de Dios de Bogotá. Se pide a los ciudadanos que impriman los labios en un papel para reunir 200 mil besos en dos meses, así respaldar la solicitud en reabrir el hospital.
 
José cuesta es el autor de la iniciativa, que inició el pasado 23 de abril en la capital de la república, explica que recurrió a esta alternativa para darle un sentido diferente a la petición y así evitar que se convierta en una “recolección de firmas más”, que no trasciende y de la cual la gente ya está saturada.

“El beso es la fuerza y la firmeza más importante del ser humano, necesaria para defender un derecho y a la vez la suavidad de un acto de ternura, como es la expresión más bella entre los seres humanos” Dijo Cuesta. En el 2005, este mismo grupo realizó una campaña similar en defensa del Hospital Materno Infantil.

El San Juan de Dios Cumple 443 años. En el año 2000, el hospital atendió a su último paciente. Luego de una serie de administraciones y de embargos por las enormes deudas que tenía la entidad, le empresa de energía de Bogotá cortó el suministro a una de las instituciones de mayor importancia en la historia de la medicina en Colombia.

Desde aquellos años los trabajadores y pacientes del hospital han protestado por su cierre, manifestando ante la policía, el gobierno y diversas entidades para no permitir que entierren este patrimonio tan valioso.

Actualmente en las instalaciones del San Juan, viven desde hace varios años familias enteras; antiguos empleados del hospital, custodiando lo poco que queda del edificio y con la firme convicción de que en un tiempo no muy lejano sus puertas se reabrirán al servicio de la comunidad.

El hospital fue fundado en 1564, por fray Juan de los Barrios y Toledo, arzobispo de Bogotá, en uno de los terrenos de su propiedad. En aquel momento fue llamado Hospital San Pedro. Luego de una severa epidemia de tifo en 1723, se evidenció la incapacidad del hospital para atender las necesidades de la ciudad, y se determinó su demolición. Con el dinero de la venta de los terrenos de fray, se fundó el Hospital San Juan de Dios.

En el año de 1910, se realizó la primera sutura de una herida de corazón en Colombia, solo 60 días después que se hiciera por primera vez en la historia, en una sala de cirugía de Estados Unidos. En el HSJD se hizo el primer trasplante renal del país y la investigación de la vacuna para la malaria dirigida por el doctor Manuel Elkin Patarrollo.

No solamente era un centro de producción y enseñanza de conocimiento, los estudiantes de  medicina de la Universidad Nacional tenían la posibilidad de hacer sus prácticas. Además el servicio que prestaba a la población era excelente y de altísima calidad, el paciente era atendido con inmediatez, sin que el factor económico determinara la prioridad y el servicio; como es común hoy en día.

Explica en su testimonio Yaneth Damián, enfermera jefe, esta lucha va más allá del edificio: “Nosotros no estamos peleando por cuatro paredes, ni por románticas. Estamos peleando por un patrimonio científico de este país y por todos nuestros pacientes, que son los que realmente necesitan el hospital.”

Se acusa a la Beneficencia de Cundinamarca de malos manejos, y de haberlos dejado solos: “El hospital no debería estar en las condiciones en las que se encuentra. Cuando hemos pedido un inventario de las donaciones, siempre nos responden con evasivas.

Nunca han sido claros, el mayor problema en este momento es que no se sabe a ciencia cierta quién debe asumir la enorme deuda (calculada en unos 700.000 millones de pesos), pues su administración cambió de manos varias veces a lo largo de los años, y en este momento se encuentra en un limbo jurídico.  

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