Según el señor Tarrá Gallego, “la historia del que después se convirtió en exilio permanente de García Márquez arranca en los tiempos de la dictadura del general Rojas Pinilla, cuando por recomendación de los directivos de El Espectador, diario para el que laboraba, tuvo que salir del país con el pretexto de un cubrimiento periodístico para evadir la censura y persecución que se daba en esos tiempos en contra de los críticos del régimen y que finalmente lo llevaron a la vivencia de unos años maravillosos, pero de orfandad económica en Paris, cuando ese periódico fue clausurado”.
De igual manera, advirtió el periodista y directivo sindical, “que lo vivido en1980 por García Márquez, cuando el gobierno del presidente Turbay Ayala trató de aplicarle el Estatuto de Seguridad y detenerle en la crónica de un allanamiento frustrado, por las sospechas de su simpatía con el movimiento insurgente M – 19 y su posterior y definitivo exilio en México, en dónde se asiló, convirtieron la historia del escritor en la de un desplazado, como miles hay en Colombia, quienes a pesar de tener una tierra y una casa, tal vez por el peso de las circunstancias que rodearon su abrupta salida y las que posteriormente vivieron miles de colombianos con los hechos de masacres y persecuciones que se dieron, pesaron para que nunca más se afincara en estos lares, pese a poseer una confortable propiedad y residir en esta ciudad su familia”.
Por eso, concluye el vice – presidente de ANTHOC Bolívar, “La historia de la vida de Gabo es sin duda la de un desplazado, como tantos otros en Colombia y el mundo, que por razones personales, que habrá que indagar, nunca tuvo el retorno definitivo y natural a su lar, pese a sus constantes visitas al país y en especial a esta ciudad de afectos y vivencias sentidas y, que con su andadura intelectual, finalmente lo convirtieron en una especie de buen gitano universal, al mejor estilo de su inmortal Melquiades” puntualizó el directivo social.