La salud en el Valle está muy fracturada. La emergencia es evidente, aunque el gobernador no ha querido declararla como tal. Trabajadores y comunidad montaron campamentos frente a la gobernación y no los levantarán hasta que Ubeimar Delgado presente soluciones.
El Hospital de Cartago será liquidado después del 25 de octubre; Buenaventura y Palmira ya fueron liquidados. La comunidad se mantiene a la espera de Tuluá y del departamental. En este último, las alianzas estratégicas dentro se convirtieron más en un problema que en una solución.
De hecho, la Contraloría levantó 16 hallazgos, entre los cuales hay uno penal, sin embargo el director del Hospital Universitario del Valle fue reintegrado a su puesto. Una comisión de trabajadores y sindicatos llegó hasta Bogotá la presente semana para reunirse con el fiscal y colaborar con las denuncias en este proceso.
El martes inició una caravana desde Cartago, donde la comunidad se moviliza junto a los sindicatos. Adelantaron un recorrido por los hospitales en crisis hasta terminar en el departamental a las 8:00 de la noche; allí, acamparon y el miércoles hubo una marcha hacia la gobernación, para presentar un petitorio de cinco puntos. La idea es quedarse en una toma de la Plaza San Francisco hasta que el gobernador atienda las peticiones de la población y de los trabajadores de la salud.
El doctor Adolfo Villota, miembro de Sintrahospiclínicas del Valle del Cauca, enumeró los cinco aspectos de ese pliego. Primero, declarar la emergencia de salud en el Valle, porque el servicio no se está atendiendo correctamente ni aun valiéndose de la red privada. Segundo, con los recursos destinados que el gobernador atienda la emergencia para salvar a los hospitales. Al respecto no hay claridad total, Delgado dice que tiene 44 mil millones para liquidar el Hospital de Cartago, cuando este solo necesita 15 mil millones para su funcionamiento.
Luego, están los trabajadores. Las cooperativas dieron paso a las agremiaciones sindicales, con éstas la deslaboralización es tan mayúscula que les deben más de cinco meses de salario y no respetan sus derechos. Cuatro, recuperar el espacio de los trabajadores como entes fiscalizadores en las juntas directivas.
Y, quinto, en palabras de Villota, “que todos propendamos por una defensa de la salud en el Valle, en la construcción de un plan verdadero de salud en pro de los hospitales del Valle. Queremos que esto se replique a nivel nacional, porque todos los hospitales del país están fracturados y casi a punto de quebrarse”.
Las organizaciones sindicales exigen levantar una mesa de trabajo para analizar la problemática a fondo. Un detalle dejan claro: No ha parado la atención en salud de parte de los trabajadores.