En el hospital hay un gigantesco número de personal tercerizado, calificado sí, pero no vinculado a la planta de personal. Muchos de ellos están mediante recomendaciones politiqueras, por lo que su contrato no es del todo estable.
La dirección del hospital se vale de esto para presionarlos e intimidarlos. Además, mantienen una persecución contra el personal directo, que ha defendido la entidad para que siga siendo pública. Carmen Mayusa, directiva de Anthoc nacional, denunció a la subgerente administrativa, quien reunió a la gente en el archivo que está fuera de las instalaciones pero hace parte del hospital, y les dijo que los sindicatos “son como los guerrilleros”.
“Eso significa la cárcel, la muerte y la estigmatización. Consideramos que no es una persona digna de estar dentro de un hospital público. Somos víctimas de personajes que llegan a manejar la institución y maltratan demasiado al personal de planta”, apuntó Mayusa.
Para entender la trascendencia del hecho es necesario anotar que la misma subgerente hace un par de años llegó desde la Contraloría a realizar una veeduría al hospital. Al poco tiempo entró manejando el almacén y hoy día está en ese alto cargo. Así se puede entender las intenciones que subyace a las amenazas desde la dirección.